
Fuente: El Mueble
7 siglos de historia, 2 años de rehabilitación y 1 mar como inspiración. Su color azul, el murmullo de las olas y el aroma del salitre son parte de la decoración de esta casa
Poco imaginaba Lluïsa que acabaría viviendo en un convento del siglo XIV. “Ha sido muchas cosas, incluso residencia de verano de Alfonso XIII”. Pero lo que les sedujo de esta casa fue, sobre todo, que está en el parque natural del Garraf: “Mi marido es un apasionado del mar y al verla, con el mar envolviéndola, se enamoró”. Necesitaron más de dos años de obras, pero no se arrepienten de nada. “Solo quedaba en pie la estructura de la casa, y como es una finca catalogada había que respetarla. Los interiores estaban en ruinas, con pintadas, crecían plantas entre la rocalla del suelo…”, recuerda Cuca Arraut, responsable de la rehabilitación y el interiorismo. Para los interiores, Cuca optó por maderas nobles, lino, cáñamo, texturas naturales y una base cromática en tres tonos: blanco, azul y gris